«Entré al Seminario en 1956. En agosto de 1957 me dio pulmonitis. Estoy por morir. Luego me operan del pulmón. P. Pozzoli me visita durante la enfermedad. Durante el segundo año de Seminario había madurado la vocación religiosa. Y así, una vez curado, en noviembre, ya no vuelvo al seminario y quiero entrar a la Compañía. Hablo con P. Pozzoli y él da luz verde». Es uno de los pasajes de una carta del padre Jorge Mario Bergoglio, de 1990, contenida en el volumen del sacerdote salesiano argentino Alejandro León: “Papa Francisco y don Bosco”, publicado por la Libreria Editrice Vaticana. En aquella carta, y el libro reproduce cuatro de ellas, el padre Bergoglio recorre la historia de la propia familia y de su vida, desde la migración de Italia a Argentina hasta el nacimiento de la propia vocación. Y se aprecia la gran influencia que tuvo en su vida don Pozzoli, sacerdote salesiano que fue consejero y director espiritual de la familia de Bergoglio.
El objetivo del volumen “Papa Francisco y don Bosco”, que indaga sobre la influencia salesiana en la educación y en la vida familiar de Jorge Bergoglio, es el de «acercarse al encuentro entre don Bosco y Papa Francisco con un enfoque sencillo pero completo [...] partiendo de las raíces salesianas de su familia, de su inmersión e los acontecimientos históricos que le tocó vivir y releyendo poco a poco su experiencia salesiana, para permitirnos iluminar la dimensión eclesial del carisma salesiano como don y desafío», explicó el autor en la introducción.
El encuentro con la espiritualidad de don Bosco se dio desde que Bergoglio era niño. En la segunda de las cartas reproducidas en el volumen, también de 1990, el padre Bergoglio explica que desde pequeño participaba en la procesión de María Auxiliadora, frecuentaba el oratorio de San Francisco de Sales, conocía a los padres confesores salesianos de San Carlos... En 1949 fue alumno, durante un año, del Colegio salesiano en la casa de Ramos Mejía. Bergoglio recuerda aquel período ofreciendo un verdadero compendio de pedagogía salesiana: «El Colegio creaba, mediante el despertar de la consciencia en la verdad de las cosas, una cultura católica que no era para nada “mojigata” o “desorientada”. El estudio, los valores sociales de convivencia, las referencias sociales a los más necesitados, el deporte, la competencia, la piedad... todo era real y todo formaba costumbres que, en su conjunto, plasmaban una forma de ser cultural».
La tercera de las cartas que reproduce el volumen es de 1986 y se refiere a la experiencia del salesiano coadjutor Artemide Zatti, amigo personal de Bergoglio y hoy beato. La cuarta carta, de 1992, retoma una homilía pronunciada por el ya monseñor Bergoglio en la catedral de Buenos Aires, en ocasión del 500 aniversario del descubrimiento de América. También aparece en el libro una conferencia que Bergoglio pronunció en la Universidad de El Salvador en 1976, durante las celebraciones del centenario de la llegada de los salesianos a Argentina.
Hay todo un capítulo de recuerdos firmados por salesianos que conocieron a Jorge Mario Bergoglio desde 1949 hasta 2013, año de su elección como sucesor de Pedro. Hay también un capítulo dedicado al vínculo entre la Familia salesiana y Papa Francisco, que contiene algunas intervenciones del rector mayor de los salesianos Pascual Chávez Villanueva, de su sucesor Ángel Fernández Artime y de la superiora general de las Hijas de María Auxiliadora, la madre Yvonne Reungoat.
El volumen contiene también una serie de fotografías de la vida de Bergoglio y de la presencia salesiana en Argentina.
Alejandro León, «Papa Francisco y don Bosco», LEV, 2015, 160 pp.
(fuente: vaticaninsider.lastampa.it)
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