La Iglesia profesa su fe en el Dios único: que es al mismo tiempo Trinidad Santísima de Tres Personas Distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Dios ha querido revelarse a Sí mismo no sólo como único creador y Padre omnipotente, sino también como Padre, Hijo y Espíritu Santo. En esta revelación la verdad sobre Dios, se desvela en su fuente esencial: Dios es Amor en la vida interior misma de una única Divinidad. Este amor se revela como una comunión de Personas.
Este es el misterio más profundo y, tal vez, el más difícil de entender: el misterio de la vida íntima de Dios mismo. En el Antiguo Testamento se hace mucho hincapié en la figura de Dios Padre, mientras que el Dios Hijo se lo va anunciando metafóricamente para tomar un protagonismo decisivo en el Nuevo Testamento.
Es evidente de la narración de los Evangelistas que Cristo sólo dió a conocer la verdad a los Doce paso a paso, pedagógicamente.
Primero, El les enseñó a reconocer en El al Eterno Hijo de Dios. Al final de su ministerio, El prometió que el Padre enviaría otra Persona Divina, el Espíritu Santo, en Su lugar.
Finalmente después de Su Resurrección, El reveló la doctrina en términos explícitos, empujándolos a "ir y enseñar a todas las naciones, bautizando en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:18). La fuerza de este pasaje es decisivo. Que "el Padre" y "el Hijo" son Personas distintas se sigue de los términos mismos los cuales son mutuamente exclusivos. El Espíritu Santo queda identificado como otra Persona Divina. Padre, Hijo y Espíritu Santo existen conjuntamente desde y por toda la eternidad, son igualmente omnipotentes, ninguno creó a otro.
Las palabras sobre el Bautismo 'en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo', confiadas por Jesús a los Apóstoles al concluir su misión terrena, tienen un significado particular, porque han consolidado la verdad sobre la Santísima Trinidad, poniéndola en la base de la vida sacramental de la Iglesia. La vida de fe de todos los cristianos comienza en el bautismo, con la inmersión en el misterio del Dios vivo.
Como un reflejo, todo el desarrollo de la vida de oración de la Iglesia ha asumido una conciencia y un aliento trinitario: en el Espíritu, por Cristo, al Padre.
¿Qué es Dios?: "Dios es Amor"
Quizás la mejor definición de quien es Dios, la da San Juan en una de sus cartas evangélicas. El Apóstol dice 'Dios es amor' (1 Jn 4, 16), es decir, el Amor en toda su perfección es Dios mismo en la Trinidad.
La muestra de la plenitud del Amor que existe en la Santísima Trinidad consiste en que tres personas distintas se aman de una forma tal que verdaderamente llegan a hacerse uno solo.
Dios nos propone ser nosotros también uno solo en el amor. San Pablo dice en una carta que debemos formar un solo cuerpo en Cristo: “Las parte de un cuerpo , son muchas; por muchas que fueran, forman un solo cuerpo. Hemos sido bautizados en el único Espíritu para que formáramos un solo cuerpo, ya fuéramos judíos, griegos, esclavos o libres. Y todos hemos bebido del único Espíritu” (1 Corintios 12, 12-13). Ese cuerpo al que hace referencia es la Iglesia.
Cuando hablamos de la Santísima Trinidad, no hacemos referencia a tres dioses, sino a un solo Dios .
Podemos decir que, cuando hablamos de Amor, estamos haciendo referencia a Dios mismo.
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