y después de reconocer con alegría
el misterio de tu Concepción sin mancha
te elijo desde ahora y para siempre
como Madre y Abogada,
Reina y Señora de todas mis acciones
y protectora ante la majestad de Dios.
Yo te prometo, Virgen Santísima,
no olvidarte jamás ni tu culto
ni los intereses de tu gloria
a la vez que te prometo también
esforzarme por hacerte conocer y amar
por otros hermanos míos.
Recíbeme, Madre Tierna, desde este momento
y sé para mi un refugio en esta vida
y el sostén en la hora de la muerte.
OH MARÍA SIN PECADO CONCEBIDA
ROGAD POR NOSOTROS QUE RECURRIMOS A VOS.
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