Salvo algunas excepciones, en casi todos los Centros de Mallín, hacer de la etapa Testimonio un lugar de contención para nuestros jóvenes representa una gran dificultad. En especial, a aquellos que no tienen la responsabilidad de animar les cuesta un poco más encontrar su propio espacio dentro de la estructura del Movimiento Mallinista.
Quienes asumen la delicada misión de animar comunidades en Mallín suelen focalizar casi todas sus energías en su tarea apostólica descuidando, consciente o inconscientemente, la pertenencia a una comunidad Testimonio. Lo cierto es que es fundamental que los animadores se reúnan entre si para planificar actividades, compartir experiencias, intercambiar y unificar criterios y, sobre todo, buscar a Dios quien debe ser el único centro de todo apostolado.
Con la mirada fija en Él
Si un joven logra hacer descansar su tarea apostólica en Jesús y se deja llevar de la delicada mano de Nuestra Mamá del Cielo, todo se da por añadidura. Distinto es si ese mismo joven hace que todo su apostolado dependa exclusivamente de su persona: a la larga, la tarea apostólica inevitablemente representará una carga que terminará agobiándolo... muchos animadores podrán constatar esto último.
Los cristianos, si queremos vivir en coherencia con el Evangelio, necesitamos de una vida de comunidad de fe que nos sirva de sostén y alimento para poder hacer vida cotidiana el mensaje de Jesús.
Al Enemigo esto le dificulta su accionar, detesta que nos juntemos en comunidad con Jesucristo como centro. Es por eso que siempre nos empuja, de una u otra forma, a soledades que no hacen más que dejarnos proclives a las tentaciones. No son pocos los ejemplos de chicas y chicos que en su adolescencia eran fervientes creyentes, participaban siempre de la misa dominical, eran de confesión y comunión frecuente... y luego, con el paso del tiempo, se dejan avasallar por el mundo pasando a ser tibios cristianos hasta ser, en algunos casos, ateos y anticlericales.
¿Cuáles serían las opciones?
Hay que estar atentos a las inquietudes personales de cada uno de los jóvenes que forman parte de esta linda etapa. Como así también, el Movimiento debe ofrecerles alternativas viables para su contención, formación y apostolado.
El abanico de posibilidades de inserción en la Etapa Testimonio puede circunscribirse a la formación de las siguientes comunidades:
Quienes asumen la delicada misión de animar comunidades en Mallín suelen focalizar casi todas sus energías en su tarea apostólica descuidando, consciente o inconscientemente, la pertenencia a una comunidad Testimonio. Lo cierto es que es fundamental que los animadores se reúnan entre si para planificar actividades, compartir experiencias, intercambiar y unificar criterios y, sobre todo, buscar a Dios quien debe ser el único centro de todo apostolado.
Con la mirada fija en Él
Si un joven logra hacer descansar su tarea apostólica en Jesús y se deja llevar de la delicada mano de Nuestra Mamá del Cielo, todo se da por añadidura. Distinto es si ese mismo joven hace que todo su apostolado dependa exclusivamente de su persona: a la larga, la tarea apostólica inevitablemente representará una carga que terminará agobiándolo... muchos animadores podrán constatar esto último.
Los cristianos, si queremos vivir en coherencia con el Evangelio, necesitamos de una vida de comunidad de fe que nos sirva de sostén y alimento para poder hacer vida cotidiana el mensaje de Jesús.
Al Enemigo esto le dificulta su accionar, detesta que nos juntemos en comunidad con Jesucristo como centro. Es por eso que siempre nos empuja, de una u otra forma, a soledades que no hacen más que dejarnos proclives a las tentaciones. No son pocos los ejemplos de chicas y chicos que en su adolescencia eran fervientes creyentes, participaban siempre de la misa dominical, eran de confesión y comunión frecuente... y luego, con el paso del tiempo, se dejan avasallar por el mundo pasando a ser tibios cristianos hasta ser, en algunos casos, ateos y anticlericales.
¿Cuáles serían las opciones?
Hay que estar atentos a las inquietudes personales de cada uno de los jóvenes que forman parte de esta linda etapa. Como así también, el Movimiento debe ofrecerles alternativas viables para su contención, formación y apostolado.
El abanico de posibilidades de inserción en la Etapa Testimonio puede circunscribirse a la formación de las siguientes comunidades:
◙ grupos de oración
◙ grupos en torno a un apostolado específico, esto es, elegir un campo de acción apostólico que la comunidad.
◙ también debería contemplarse la posiblidad de que, de no hallarse un lugar apropiado en la estructura del Movimiento, se invite a participar en otros movimientos de Iglesia: hay varios que tienen un carisma hermoso.
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