Es una enfermedad actualmente incurable, más allá de las arduas investigaciones científicas al respecto que buscan contrarrestar sus efectos. Quienes padecen el SIDA, una vez manifestado en su cuerpo sufren una dolorosa muerte. Lo que es peor, dada la pobre formación moral, esta enfermedad va creciendo velozmente.
No voy a explayarme en información sobre el origen, formas de contagio, las cifras (escalofriantes) sobre el SIDA porque estas sobreabundan en la Web, como ási también en Escuelas, Universidades, Hospitales y Centros de Salud. Si querés, podés leer todo sobre SIDA desde una óptica católica visitando: http://www.aciprensa.com/sida/ . Para ver información sobre SIDA y Enfermedades de Transmisión Sexual, podés visitarla página del Ministerio de Salud de la Nación: http://www.msal.gov.ar/htm/site/sida/site/default.asp
¿¿Campañas de Prevención??
En nuestro país, tanto a nivel nacional como a niveles provinciales y municipales, se cree que hacer Campaña de Prevención contra el SIDA es repartir folletos informativos, preservativos, cintitas rojas ¿? Nuestros dirigentes políticos, cuando necesitan de algún impacto en los medios de comunicación, ponen afiches en las calles o spots publicitarios en radios y televisión.
Prevenir es "anticiparse a", "llegar antes que". Eso lo vemos en el genial Sistema Preventivo que diseñó San Juan Bosco, quien tuvo la creatividad de obtener un sistema educativo que enzalce la dignidad de un joven antes de que su integridad se degrade.
Entonces, si vamos a la práctica, repartir preservativos en la vía pública para prevenir el SIDA o dar folletitos es como querer tapar el sol con un dedo. Las personas, cada vez desde más temprana edad, son empujadas hacia una promiscuidad irresponsable, en donde parece estar todo permitido con tal de gozar de los placeres genitales, como si la propia autoestima se puede acrecentar mientras más experiencias sexuales se acumulan.
Este problema excede lo meramente médico, es más una cuestión de educación para el amor: es hacer cargo responsablemente de la propia sexualidad y de la persona que hemos elegido para formar una familia.
La promiscuidad: caminando al borde del abismo
Por estos tiempos, tener relaciones sexuales "sin vueltas", "sin compromiso" es prácticamente moneda corriente. Sabemos que los adolescentes, jóvenes y adultos tienen innumerables oportunidades de tener "sexo casual" con mucha gente.
Socialmente se aplaude a la promiscuidad, sobre todo entre los varones, como si se tratara de una cuestión de ego ¿?. Es muy común que un muchacho que acumula muchas "experiencias" con diversas chicas es admirado, se lo vé como "una ganador", "todo un galán", "un auténtico macho" y cosas por el estilo. Las chicas van recibiendo continuos mensajes desde los medios de comunicación para que se "vayan soltando" más y más y que muchas veces "avancen" a los chicos.
El tema es que casi nadie habla de que, mientras más aumentan las "relaciones casuales", más van aumentando las enfermedades venéreas y, peor aún, el SIDA.
Por ejemplo, supongamos que un joven decide tener su primer relación sexual con alguien a quien no conoce en profundidad, en una sitaución casual. ¿cómo sabe con quien lo ha hecho antes esa persona?, ¿cómo saber si esa persona ocasional ha tomado recaudos en sus anteriores contactos genitales?, ¿cómo saber si ha tenido relaciones sexuales con personas infectadas, o no?. Lo más fácil (lo más peligroso) es que nadie se lo pregunta antes de tener ese momentito de placer corporal.
Lo que muchos jóvenes ignoran (o, al menos, evitan pensarlo) es que un "ratito de placer" les puede dejar consecuencias físicas de por vida, dadas la gran cantidad de enfermedades de transmisión sexual existentes, de las cuales no pocas son difíciles de detectar.
Lo que muchos ignoran es que, cuando tengo relaciones sexuales (aún entre novios) comparto los riesgos asumidos en encuentros genitales anteriores...
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